¿Te has sentido alguna vez fracasado/a? ¿Aún llevas a cuestas la frustración de un fracaso? La mayoría de las veces que consideramos que hemos fracasado es porque se han roto nuestras expectativas ante un proyecto profesional. Quizás has sufrido un despido o una quiebra, y por supuesto que eso no estaba dentro de tus planes. El fracaso es un sentimiento interior y cada persona lo vive de una forma diferente, precisamente por eso es subjetivo. Sin embargo, seguro que estás de acuerdo conmigo en que las derrotas son necesarias para conseguir victorias, o que los tropiezos y las caídas son necesarios para aprender. Sin duda el fracaso es la levadura del éxito, pero ¿le estás dando la temperatura adecuada?
El éxito es la suma de muchas decisiones acertadas, y una decisión acertada es la suma de varias decisiones erróneas o fracasos. Me gusta definir el fracaso como las paradas obligatorias en el camino hacia el éxito, necesarias para repostar o recargar energías y para reflexionar sobre el camino recorrido y el que queda por recorrer. A veces, un fracaso es una oportunidad de replantearse las metas o de cambiar de rumbo. Otras veces es una situación de ensayo, de prueba y error, ya que una empresa o negocio es un laboratorio donde innovamos soluciones a un problema, y el fracaso es una manera más de saber cómo no hacer funcionar la bombilla, al menos eso es lo que Edison dijo acerca de las muchas veces que fracasó inventando la electricidad.
Entonces, si vemos el fracaso como algo que trabajar y perfeccionar, se convierte en nuestro aliado, pues nos da las claves de por dónde no seguir. Hay muchos ejemplos de grandes líderes y empresarios exitosos que reconocen haber fracasado en varias ocasiones antes de triunfar. Aún así hay 8 causas que nos perpetúan en el fracaso y que nos impiden ver la otra cara de la moneda:
En el momento en que dejas de identificarte con el fracaso y tienes la actitud necesaria para aprender de él, empiezas a sentir gratitud por los errores y dejas de llevarlos como una carga. La frustración alimenta el ego, que busca el reconocimiento exterior y la alabanza. Sin embargo, reconocer que cada quebranto nos hace mejores y más humildes nos ayuda a ser perseverantes y a recuperar la confianza. Y es desde esa humildad que es posible reconciliarte con tus fracasos y reconocer el poder que tenemos las personas de mejorar nuestras vidas.
Gracias por leerme, me encantará leer tu comentario, y no olvides compartirlo con tus amigos.
4 Comments
Acabo de empezar con Amway y lo más frustrante es que la gente no entiende el modelo como algo sano, para todos es un engaño y sientes como si estuvieras fracasado o ellos tuvieran razón, pero la cuestión es que ellos siguen en su rutina diaria y yo he cogido un camino diferente con un posible final feliz, y eso es lo que me da fuerza para creer que no me he equivocado y seguir saliendo a vender 🙂
No me siento fracasada, me siento como enfadada
Por la situación actual. Porque aparté de que
Te matan a impuestos, los monopolios como el canal
De Isabel II y no te cuento la luz, te dificultan
Mucho poder tener tu negocio abierto.
Lo que realmente siento es que necesitamos
Oxígeno para poder seguir. A veces el fracaso es
Por culpa de terceros. Ojalá se ayudase más a los pequeños empresarios
Hola Emma, para mi el éxito es más una actitud y no dejar que te gane la actitud del fracaso.
Pero a que te refieres cuando dices, cambiar de rumbo? Tenemos que cambiar nuestro sueño? Por lo tanto ya no tenemos que persistir?
No se, creo que los sueños que nacen del corazón hay que perseguirlos hasta su total consecución.
Hola Eva, a veces hemos escogido un camino que no es el que nos lleva a nuestros sueños, en esos casos es bueno darse cuenta y replantearse a dónde te lleva lo que estás haciendo. Y por supuesto que si ya has puesto rumbo a tus sueños no te desvíes 🙂