Luis de Haro Peralta

Comunicación, Marketing y RRPP

14 junio, 2016
Carolina Alés

Directora de Natvs English

15 junio, 2016
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Andrea Sydow

Coach y Fundraising

“Tenía que ser Emma. Y era urgente. Emma es algo así como una droga legal. Y la necesitaba. Me quedaba dos horas para una entrevista de trabajo para la cual me había preparado bien. Pero algo no cuadraba. Me lo decían mis nervios. Me sentía nerviosa, de una manera que me debilitaba. No era este nerviosismo que siento cuando estoy por dar una charla bien preparada. Era un nerviosismo que revelaba una duda profunda que me sacaba de mi centro.

Dudaba del valor de mi competencia. Este tipo de dudas no me catapultaría a la pole positon de esta carrera y bien lo sabía. Emma me ayudaría estaba segura. Y así fué.

La distancia Berlin-Madrid no puso impedimentos. Gracias Skype. Recapitulamos mi oportunidad en el nuevo puesto de trabajo para una fundación. Mi experiencia, mi competencia, lo que tenía para contribuir. Llegamos al punto de mi duda. Realmente no me acuerdo qué pregunta mágica me ha preguntado Emma. Al responderla sentía que mi respuesta era una afirmación afónica. Emma lo detectó y me pregunta ¿te lo crees? ¿Crees que vales este honorario? Si, si, si…. decía yo y Emma con sus ojos de águila me observaba y decía: dilo en voz alta. Otra vez sentía que mentía. En el fondo NO creía que valía tanto aunque había averiguado en el mercado que honorario se paga habitualmente para el tipo de trabajo que estaba por realizar para la fundación.

No sabría recapitular todo el diálogo y las preguntas que le han seguido a este momento revelador. Lo que sí me quedó fué una herramienta que Emma entregó en mis manos. Me gustan las herramientas. Me gustan los métodos que me ayudan en el día a día. Que funcionan. Que además me hacen sentir tan repleta de energía como si me hubiera tomado alguna droga legal. Tan centrada que he podido negociar como una leona. Porque con Emma había podido definir de forma cristalina cuales eran mis condiciones.

La herramienta que me ayudó a desenmarañar mis dudas fué tan simple como efectiva. Una lista. Me pidió Emma: haz una lista con 10 necesidades que tu cubrirías para la fundación. Enfocada como lo estaba después del dialogo que habíamos tenido fué fácil completarla. Estas necesidades que yo cubría para la fundación era justamente el valor que mi trabajo, mi competencia y mi experiencia contribuían. Lo tenía negro sobre blanco. Mi duda sobre mi valor se disipó. Estaba dispuesta a comerme el mundo. El resultado fué que en la negociación he obtenido exactamente el honorario y las condiciones que habia estipulado. Suena estupendo ¿verdad? Lo es. ¡Gracias Emma!”

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