«Los hombres no son prisioneros del destino, sino prisioneros de su propia mente.» Franklin D. Roosevelt
Lo creas o no, tus pensamientos crean tu realidad. Y lo hacen en tres direcciones, en el pasado, en el presente y en el futuro. Ya seas consciente o inconsciente del poder de tu mente, tu vida transcurre en ella como si de una obra de teatro o película de cine se tratase, donde tú tienes el protagonismo. ¿En qué género la englobas: drama, comedia, aventuras…? ¿Qué película estás viendo?
Tu atención es el foco que alumbra esa parte de la realidad en la que te fijas, oscureciendo el resto. Si interpretas tu pasado desde la mirada de buscar culpables, estarás viviendo tu presente en el papel de víctima a la sombra de lo que pudo ser y no fue, y por tanto concebirás tu futuro bajo el látigo del miedo. Solo ampliando tu mirada podrás ver otra perspectiva.
Toma conciencia de la naturaleza de tus pensamientos y con qué los alimentas, pues tus pensamientos dominantes generan tu estado de ánimo, y tus emociones provocan tus acciones u omisiones, a la vez que retroalimentan tus pensamientos. Esto puede ser un círculo vicioso o un círculo virtuoso, tú eliges si te quedas en el primero o si das el salto al segundo.
Tu cerebro es un potente generador de pensamientos, y tus pensamientos son flechas que llegan tan lejos como tu imaginación sea capaz de lanzarlos. El miedo es como el viento lateral que desvía la flecha de su trayectoria, mientras que la fe, la certeza, es la brisa que la impulsa. Si entrenas tu mente a visualizar escenarios de éxito y felicidad en cada área de tu vida, tu estado emocional vibrará en la frecuencia de la confianza y por tanto tus decisiones irán en el camino de tus sueños.
Cualquier sueño o gran proyecto comienza como una pequeña idea, esa idea es una semilla que es plantada en una o muchas mentes, y las visiones o visualizaciones de cómo será ese bosque es el abono que la fertilizará. Un líder visionario es capaz de inspirar una visión común y unificar todas las mentes hacia un mismo propósito. El poder de una mente colectiva que piensa en la misma dirección es imparable. Ese poder puede usarse para construir o para destruir.
Los negocios de la nueva economía nos permiten trabajar en red y unir fuerzas para combatir el exceso de poder de las industrias que hoy dominan el mundo en su propio beneficio. Las grandes corporaciones dirigen y gobiernan las mentes de los trabajadores. Por eso, los emprendedores tenemos la obligación moral de unirnos no solo por nuestras metas particulares sino por una visión global de un futuro colectivo más justo y humano. Tenemos en nuestras manos el poder para cambiar nuestras vidas y entre todos transformar el planeta en un lugar donde volar hacia tierras felices. ¿Te unes a esta causa emprendedora? Contáctame aquí.
¡Éxito y Felicidad!
2 Comments
Artículo muy interesante, tratamos los mismos temas!
me gusta y quiero saber mass