Cómo ser emprendedor y tener espíritu de superación

¿Te estás planteando la opción de emprender? ¿Crees que crear tu propio negocio es la solución a tus problemas? Puede que sí lo sea, sin embargo, también puede ser el inicio de problemas mucho mayores a los que hasta ahora conocías. Si nunca has trabajado por cuenta propia y ahora te encuentras en la situación de ser tu propio jefe y buscar tus propios clientes, quizás te enfrentes a retos para los que no te has entrenado. Es probable que aún no te hayas dado cuenta de que el juego que te habían enseñado a jugar ha cambiado, y que ahora hay nuevas reglas. O quizás si te hayas dado cuenta de ello, y sin embargo no sepas cómo jugar porque te encuentras en una pista de tenis con una pala de ping-pong.

¿Te sientes perdido/a y asustado/a como un elefante en una cacharrería? Es normal si estás fuera de tu terreno de juego habitual. Ahora bien, es hora de que dejes de dar palos de ciego y empieces a actuar con lógica. Todo ha cambiado y nada va a volver a ser como era antes. Por tanto, empieza por cambiar tu forma de pensar. No es igual cómo tiene que pensar un jugador de ajedrez que un piloto de Fórmula 1 o que un futbolista. Si quieres formar parte de la nueva clase emprendedora ¡bienvenido/a! Ha llegado el momento de empezar tu entrenamiento para emprendedores.

¿Y cómo y con quién me entreno para ser emprendedor/a de la nueva economía? ¿Y cuánto dura ese entrenamiento? Te preguntarás. La respuesta es sencilla: entrénate con quien conoce el juego y tiene los resultados que tú quieres conseguir, y no dejes nunca de entrenarte. Al menos mientras quieras mantenerte dentro de la competición. ¿Crees que Nadal o Fernando Alonso dejan su entrenamiento a pesar de sus victorias? Hay muchas cualidades que los deportistas han desarrollado que pueden aplicarse al mundo de los negocios, y que igualmente son necesarias para otro tipo de disciplinas artísticas como la música o el baile. Cualquier persona que tengas en mente que esté triunfando es gracias a haber desarrollado ciertas habilidades. Y créeme, esas virtudes no son sólo patrimonio de unos pocos, todos y todas podemos desarrollarlas. Puede que estés pensando que esas personas tienen unos talentos naturales que tú no tienes, seguramente tengas razón, pero el talento por sí solo no se vuelve productivo.

Para poner tu talento a producir, sea el que sea, y no me digas que no tienes ninguno porque sería un insulto a nuestro Creador, necesitas desarrollar ante todo el espíritu de superación. ¿Y cómo se logra esto? Pues con determinación, constancia y disciplina. Es imprescindible que tengas una meta clara y decidas alcanzarla. Tienes que comprometerte con tus sueños para convertirlos en objetivos, diseñar un plan de acción, darles prioridad y poner todo el trabajo que sea necesario durante el tiempo necesario para lograrlos. Eso significa dar el extra, recorrer un kilómetro más cuando ya estás exhausto/a. También necesitarás tolerancia a la frustración para entender que los fracasos son necesarios para fortalecer ese espíritu de superación. Sin desafíos no hay crecimiento, sin retos no hay mejora. Así mismo, es importante el aprendizaje continuo para ser mejor cada día. Hay un gran maestro que sólo a ti puede enseñarte, y ese es el error. Y para aprender de nuestros errores muchas veces necesitamos el ejemplo ajeno, pues nos inspira y nos da la esperanza que nos ayuda a volverlo a intentar.

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