Todo negocio se basa en la comercialización de bienes, ya sean productos o servicios. Cuando se trata de productos, en ocasiones la actividad empresarial consiste en comprar materias primas que son transformadas en otro artículo o producto de consumo, y en ese proceso de transformación se le añade un valor; y otras veces, la actividad consiste en la distribución del producto terminado. En ese caso, este valor añadido muchas veces ha consistido en el mero hecho de acercar el producto al cliente. Sin embargo, hoy en día, cada vez son más los fabricantes que venden directamente al consumidor final por internet, con lo que los comercios tradicionales se ven obligados a reinventarse para subsistir.
Para que un proyecto empresarial tenga éxito deberá resolver un problema o cubrir una necesidad real o latente. Tu cliente te comprará o contratará bien porque tus productos o servicios le vayan a eliminar o paliar un dolor, o bien porque le vayan a ocasionar un placer y satisfacer un deseo. A menudo, las personas nos movemos más por lo primero que por lo segundo. Por tanto, para tener éxito con tu empresa deberás determinar muy bien a quién te diriges y qué beneficio le aportas.
Ningún negocio puede subsistir sin ventas, por tanto, si te estás planteando emprender tu propio proyecto empresarial, es imperativo dominar el arte de las ventas, bien sea que ofrezcas productos o bien servicios. Además, aunque cuentes con un equipo de comerciales, es bien conocido el hecho de que nadie mejor que el propio dueño para transmitir con pasión los beneficios de sus productos o servicios. También es cierto, que si eres el alma de tu negocio, nadie mejor que tú va a poder negociar y establecer alianzas estratégicas favorables, al menos en la fase inicial de la actividad.
Ahora bien, ya sabes que los tiempos son difíciles y la competencia salvaje, además los consumidores somos cada vez más exigentes; así que para tener las ventas que buscas has de generar con tu cliente potencial un vínculo de confianza a través de tu propuesta única de venta, que será tu valor añadido, aquello en lo que eres único/a y mejor que nadie, y debe estar basado en tu propia experiencia y en tus talentos individuales. Ello te dará la credibilidad ante tu cliente y le ofrecerá las garantías suficientes para elegirte entre todos los demás.
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