“La persona más facil de engañar es uno mismo.” Séneca
Tal y como está el panorama económico actual, y debido a la escasez de ofertas de empleo, muchas personas se ven en la tesitura de iniciar el camino del emprendedor. Sin embargo, debido a la educación que hemos recibido, la mayoría de las personas desempleadas están entrenadas para desempeñar un puesto de trabajo, y no para crear un negocio propio.
Es por ello que existe la creencia de que emprender una actividad empresarial es solo para unos pocos talentosos, locos o atrevidos. Pues los riesgos de ser tu propio jefe son altísimos. Por el contrario, lo más sensato es buscar la seguridad que te da un empleo fijo y estable. Y es que tal y como vemos en la Pirámide de Maslow, los seres humanos nos movemos por 5 niveles de necesidad. Estas son:
Pues bien, según esto, pareciera que primero necesitamos cubrir las necesidades de la base de la pirámide, como las de seguridad, antes que pretender cubrir las necesidades del vértice como la de autorrealización. Es entonces cuando nuestro sistema de creencias nos condiciona y limita, puesto que lanzarse a la aventura de emprender conlleva un alto nivel de incertidumbre. Hace falta tener un motivo muy fuerte que te impulse a vencer tus propios límites.
Para emprender necesitas una gran causa. ¿Y si invertimos la pirámide de Maslow y anteponemos la necesidad de autorrealización y trascendencia a cualquier otra? Si solo trabajas para sobrevivir, tus decisiones estarán basadas en el miedo y te faltará la confianza suficiente para superar los retos y alcanzar tus metas. La paradoja es que solo si persigues cubrir tus necesidades de autoestima y autorrealización, te sentirás capaz de luchar por tus sueños. Cuando tienes un propósito que te trasciende puedes superar cualquier obstáculo.
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¡Éxito y Felicidad!